LA IMPORTANCIA DEL DISCURSO EN LA PROTECCIÓN SOCIAL DEL ADULTO MAYOR
Es importante porque sin un nuevo discurso, en tanto articulador y vehículo de las relaciones de poder, es imposible hablar de sustitución de la practicas mercantilistas de considerar al adulto mayor como un sujeto marginal de la protección social.

La perspectiva Foucaultiana del discurso, como relaciones de poder entre el Estado, la sociedad y el mercado nos permite aproximarnos a un discurso alternativo de la protección social del adulto mayor capaz de interpretar la realidad compleja, plurisémica y multicausal del fenómeno de la vejez como categoría social, atravesado por múltiples discursos cuya lógica de funcionamiento trasciende las tradicionales concepciones de la política social del Estado capitalista.
Bordieu (1985) examina con atención el papel del discurso en el marco de las interrelaciones sociales, en las cuales funciona como intercambio simbólico. De manera que todo discurso, incluido el de la protección social, debe verse en el contexto de las interacciones sociales y sus respectivas efectuaciones simbólicas, que se traducen en lecturas simbólicas de poder implícitos en cada discurso.
En el fenómeno del envejecimiento, el discurso se presenta como un discurso visible, objetivo, en las relaciones de intercambio social y sus manifestaciones o síntomas, aun cuando en el fondo no sea más que una máscara de las relaciones sociales de producción que subyacen en la consideración del adulto mayor como un factor no productivo y por consiguiente como una carga para la sociedad.
Hemos dicho que las enunciaciones, los conceptos y los argumentos son los componentes del discurso y las acciones, las prácticas discursivas; así todos los componentes del discurso se manifiestan a través de la significación (significante y significado) que adquie