VENEZUELA DOS AÑOS EN HIPERINFLACIÓN Y VÍA AL TERCERO

La hiperinflación un fenómeno que destruye todo

La hiperinflación es un fenómeno económico, que surge en los países donde los Gobiernos actúan con “irresponsabilidad e indisciplina” en el manejo de las finanzas públicas. La actuación prolongada en condiciones de déficit fiscal e inclusive el incremento del mismo en el tiempo, los seduce a mantenerse en esa condición, que se convierte en un fenómeno patológico, al ejecutar recursos que no produce, ni posee. Estos gobiernos actúan con la colaboración de los Bancos Centrales, los cuales se convierten en cómplices al financiar el déficit fiscal, iniciando la monetización del déficit del sector púbico inyectando dinero que imprimen las autoridades monetarias. Está distorsión genera entonces el tan pernicioso fenómeno llamado “Hiperinflación” el cual, destruye todo a su paso: el sector privado, el salario de los trabajadores, la seguridad social, el presupuesto público entre otros.

Nicolás Maduro engendró la hiperinflación en Venezuela

Durante el año 2017, el déficit fiscal se ubicó por encima del 20% del PIB, acentuando una dinámica perversa sustentada en el financiamiento del déficit de empresas públicas (por ejemplo PDVSA es financiada por el BCV). La continua compra de papeles de deuda emitidos por esta empresa pública es una realidad cada vez más evidente, muestra resaltante de ello es la estatal petrolera, donde se han creado artificios para ocultar dichas operaciones desde el año 2013, con estas operaciones financieras entre Pdvsa y el BCV se monetizó una parte significativa del déficit del sector público, en momentos donde los accesos a otras fuentes de financiamiento como el mercado internacional es inaccesible por la insolvencia, el riesgo y el aislamiento del régimen.

El Dictador procura “despacharse y darse el vuelto”, mientras que las implicaciones de estas distorsiones monetarias las paga el ciudadano de a pie,

cargando con el impacto inflacionario que destruyó su poder adquisitivo, patrimonio y condiciones de vida. Durante el año 2017, Nicolás Maduro profundizó la política de controles de precios, tipo de cambio, tasas de interés, producción, exportación e importación y acentuó el hostigamiento a la iniciativa privada. Al mismo tiempo la expansión de la liquidez monetaria marcó la hora con un crecimiento que en definitiva creo grandes desequilibrios monetarios y detonó los precios para ese año de un 219,71% y 870% en el 2018 (BCV). En este contexto el BCV continuó con la expansión de la base monetaria, la cual amplió durante el primer semestre del 2018 en un 14% semanal en promedio, destacando semanas con incrementos de hasta 19%, lo cual atizó el fenómeno de la hiperinflación en el país, la misma se diagnosticó en el mes de noviembre cuando los precios se incrementaron en 56,7% (INPCAN), desde la Asamblea Nacional, academia y empresariado.

Se exhortó al gobierno a declarar la presencia de esta anomalía con el objetivo de concretar una estrategia para detenerlo lo más rápido posible, dado el carácter altamente destructivo de este fenómeno en las sociedades y lo devastador que es para las familias, empresas e instituciones.(Ver Grafico 1 y 2).

A dos años de la hiperinflación el país se hunde en la miseria

Los venezolanos hemos vivido los embates de la nefasta y criminal gestión económica y social del régimen en estos dos años de hiperinflación. Las secuelas de esta grave crisis tienen peligrosas consecuencias económicas y sociales, se expresan de manera concreta en la destrucción de las condiciones de vida de las familias, su patrimonio, el ahorro, sus prestaciones sociales, desnutrición y miseria, estamos en presencia del colapso del consumo, con apenas tres semanas de inicio del 2020 y con un nuevo salario mínimo que ya se pulverizó.

Dentro del comportamiento de la economía resalta que por sexto año consecutivo se proyecta la caída del producto interno bruto de la nación,

entre -20% a -23%, lo que significa la destrucción en seis años de más del 70% de la producción interna. Se estiman dramáticos niveles de pobreza junto con el alarmante aumento de la desnutrición a 6.8 millones de venezolanos durante el periodo del 2016 al 2018 según la (FAO) y un incremento a 21.2% de la población subalimentada, situación que estimula el flujo de venezolanos huyendo a otros países en búsqueda de mejores condiciones de vida. ( Ver Grafico 3)

El alza exacerbada de los niveles generales de precios, a dos años de la aparición de la hiperinflación, genera mucho debate sobre su desaceleración o si arrecia en este 2020 sobre lo cual es importante destacar que estará sujeta a la actuación del BCV y el ejecutivo nacional, un ejemplo de esta situación es lo ocurrido en el mes de diciembre 2019 con el “Petroaguinaldo” donde en definitiva ocurrió una inyección de más de 1.9 billones de bolívares a la economía sin considerar otras actuaciones, lo que dio como resultado un 30% de depreciación del bolívar con respecto al dólar en tan solo dos días y un repunte inflacionario significativo para cerrar el 2019 y los primeros días de enero que se mantienen con una fuerte tendencia al alza.

El régimen debería definir una estrategia que muestre voluntad en corregir los factores que inciden en el fenómeno hiperinflacionario, la tasa de inflación anualizada 2019 se ubicó en 7.374,4%. Aunque esta cifra de inflación del año que finalizó es significativamente menor que el 2018, luego de transitar dos años en hiperinflación y enfrentarnos a ese fenómeno tan destructivo los venezolanos se encuentran hoy en precarias condiciones de vida.

A dos años de la aparición de la hiperinflación en Venezuela e iniciando un año que se proyecta como el tercero, la población más vulnerable, los trabajadores, ven diariamente cómo subsistir a tan difícil contexto, la cual los deja atónitos ante la voracidad que tienen los precios en sus mermados ingresos, que apenas le permiten alimentarse, también están expuestos ante el colapso de los servicios públicos que los expone a la precariedad y el desasosiego.